viernes, 29 de octubre de 2010

Libertad Coactada


En el Perú pasan cosas que ya envidiarían poder hacerlas en China, Cuba, Venezuela. Y es que las honras de nuestros políticos construidos en la exquisités mediática, no puede ser mellada por nadie, a menos de pagar un precio muy alto. Algo así como en cientos de miles de soles, el precio de las honras otoronguiles.
Para ello jueces apristas interpretan las leyes a su modo de ver, creando jurisprudencia en casos que darán la vuelta al mundo como símbolo de que algo por lo menos no anda bien por aquí. Casos como estos son consecuencia de la persecusión judicial sufrida por periodistas que publicaron denuncias sobre reclamos ciudadanos que aludían al hijo del presidente, al periodista que se atrevió a denunciar irregularidades en la concesión del aeropuerto de lima. Donde lo que se tendría que iniciar una investigación de oficio y llegar a la verdad, aquí se condena al periodista.
Cuán incómodos puede ser la prensa en un mundo donde es la única forma de destapar irregularidades, y que conveniente resulta una prensa que se dedica a reportar todos los casos policiales y faranduleros. Así se cimienta este sistema que está a punto de colapsar.

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