
Si algo se salva de ese destino apocalíptico, seguro que si, pero comparativamente es despreciable como para alentar el sueño de un presidente encantador de plazuelas. Lo que pudiera salvar a esta sociedad, puede estar representado en esta clase de afortunados nadadores contra la corriente, que alcanzaron una pizca mas de cultura. Pero ojalá todo lo aprendido no se le vaya en aprovechar para si, es decir aprovecharse de ese plus para convertirse en truhanes de cuello y corbata.
Otra del trome, es que se cree que por libar cantidades industriales de cerveza - por cajas - está haciendo país, lo único que hace como dirían los drogadictos es quemar cerebro y enriqueciendo las arcas de los negociantes de esta droga lícita, no por ello menos adictiva y mortal.[Continuará .........]
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