Todas las tendencias apuntan al desmoronamiento de la candidatura de los fujimoristas, eso muy a pesar de muchos que con buenas intenciones tienen en Humala la viva representación de los mas grandes peligros para la democracia. Seguramente Humala se los ha ganado cada uno de sus cuestionamientos, tampoco es la madre teresa de calcuta, está allí con todos sus aciertos y desaciertos, creo haciendo un ejercicio de auto crítica enorme que lo hace ver como alguien posible para el Perú que necesitamos.
Lo peor que nos podría pasar es que nuestra indiferencia les extienda un cheque en blanco a un gobernante, y que haga lo que quiera en cuanto llegue al poder. El pueblo ya lo ha demostrado, en las peores circunstancias puede unirse y hacerse escuchar. Pasó en la dictadura del fujimorismo, hace solo unos años y volverá a pasar si es que alguien se atreve a pisotear el juramento ante la nación.
Ni a la derecha, ni a la izquierda que el relativismo es implacable, ni la oligarquía ni los pobres extremos pueden estar sobre nadie. Lo que se necesita es desmarcarse de la polarización y encontrar el equilibrio.
Keiko puede ser una buena opción, de aquí unos años cuando se aleje de todos aquellos que secundaron a su padre dictador, cuando construya algo semejante a un partido político, cuando no tenga que cobijarse en incongruencias insalvables, como el de decir que su padre fue el mejor gobierno de la historia, luego pedir perdón por el mismo. Y eso cuando lo vamos a ver en su real dimensión en Canal N, Peru21, Correo, La Razón. Ni una sola crítica, aquí no pasa nada, o no quieren que parezca que pasa nada.
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