El Milagro en las que muchos sueñan

De un tiempo a esta parte, el anhelo se trastoca en un milagro. Un milagro que sigue la lógica metafísica del imposible hecho realidad por la acción de fuerzas sobrenaturales.
El milagro que se espera es que muchos ladrones, corruptos, seguidores de una línea dictatorial al mas puro estilo de Chavez, cambien en bien del país. Porque la otra propuesta entraña una amenaza al sacrosanto neoliberalismo, un sistema que como todos los extremos produce desigualdad social, como todos los extremos tendría que desterrarse de la agenda política de una nación que se precie de avanzada.
El cambio constitucional, de darse tiene que ser consensuada y toda obra es perfectible, máxime que no contamos con una carta magna que produzca legalidad, sino que de muchas maneras limita los derechos de los trabajadores, y permite que muchos ganen poco, mientras que pocos ganen mucho. Y no se trata un caso de meritocracia, que eso sería lógico.
Vendarse los ojos ante latrocinios, corrupción, crímenes y ver en cualquier otro una amenaza mas grande, suena sino a un síndrome de inconsciencia, olvido premeditado. Apostar por que delincuentes se vuelvan santitos ya es de otro calibre.
Venden el Andahuaylazo, como un crimen inaceptable, pero lo que allí hay es un amotinamiento de militares, que para nada tomaron rehenes, mataron a mansalva, por el contrario en el afan de develar a sangre y fuego se mataron a gente inocente, ahora toda la culpa le echan a los rebeldes, que merecen ser juzgados y condenados, pero tampoco se puede ocultar la verdad.
El derecho que tienen a la insurgencia, al reclamo es universal. Las formas vedadas tienen sus penalidades y eso está bien.
La utopía de igualdad social, suena a música diabólica para quienes ya están escalones mas arriba de la pobreza, pero es un peso social que tarde o temprano las vamos a pagar todos. Si bien esto se aprovecha muy bien por los candidatos, no deja de ser una cosa pendiente.
El Perú es uno solo, la responsabilidad por el cumplimiento de lineamientos políticos y salvaguardar nuestros derechos es de todos, la lucha no acaba ni comienza aquí, es de siempre. Para quienes prefieren apostar por los ladrones buenos, tambien están en su derecho, solo que ojalá no sean mayoría.