En el Perú la descentralización puede representar muchas cosas, pero lo que la palabra en sí encierra, parece que no.Y es que cuando grandes intereses merodean la destrucción de una parte de la ecología, parece que allí el gobierno regional no tiene competencia. Para eso están los padres de la patria sentados en Líma, a la espera de que la extensión de su poder atropelle cualquier intento de hacer valer un gobierno local.
Dizque que atenta contra la soberanía nacional, que los recursos del subsuelo es de todos, olvidándose del nacionalismo que pregonaban, cuan vendedores de cebo de culebra.
Solo falta que publiquen la encuesta de popularidad del gobierno en Cajamarca, entonces se darán cuenta quién tiene mas representatividad.
Mientras en Lima a unas cuantas cuadras del mismísimo palacio la delincuencia campea, tanto que los ciudadanos se ven precisados a portar armas. El país parece estar condenado a la deriva, a estar bajo la sombra de un gobierno nacionalista que reza con Chavez y con los grandes del poder económico a la vez.
