Con la renuncia irrevocable a la bancada oficialista de dos congresistas como Javier Diez Canseco y Rosa Mavila, al parecer se inicia una etapa de posicionamientos estratégicos en el tablero político nacional.
Una cosa es pregonar la gran transformación, otra es caer en lo mismo de siempre. También se ejerce violencia, poniéndose de lado de la gran empresa, que ve en las tierras de humildes campesinos el botín que no pueden ganarse en otras lides mas limpias.
Y otras vez mas recordamos que aquellos que hoy acusan de azuzadores a todos quienes creen son lo impulsores de las protestas (muchas veces desmedida, fuera de la ley), antes haciendo lo mismo por ganar unos votos.
Si un dirigente social no representa para el gobierno un interlocutor válido, menos será el primer ministro elegido por el gobierno cuando se puso a espaldas de su pueblo que lo invistió con el poder.
