Genial la ilustración de Carlin. Parece develarse el pensamiento García, un modelo que seguramente tiene mas de funesto, que de ideal de compromiso político.
Con una mezcla de ingenuidad política, en tertulia con el infidente incontrolable de Bayli, que tampoco es el adalid que el país necesita, suelta esas rocas que pesaran sin duda en el devenir histórico del pueblo, que empieza a conocer al hombre que se pinta a si mismo como el salvador, pero lo que en realidad necesitamos es alguién que nos salve precisamente de políticos como él.
También desnuda su vocación autoritaria, para nada democrática, manifestada tantas veces durante su gobierno. Su mesianismo recalcitrante vé en el nacionalismo la hecatombe, lo que no vé en la corrupción generalizada. Con la proclamación de su ex-ministro Rey como candidato a la vicepresidencia por el fujimorismo, se vislumbra la verdad del nexo que los unía, el compromiso de favorecer al reo de la Dinoes.
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