En este mundo de locos pasan cosas que la razón a veces se subleva a procesarlos, porque tampoco uno puede estar seguro de la exclusión de este grupo que parece ser el dominante, el mundo de los locos.Así el Locazo se rayó con una de sus célebres dicotomías, ninguneado al loquito de la calle, que precisamente salió ganador en ese cónclave político que nadie entiende, pero que conocen cuan locos conocen sus mundos.
Y la última pues es el Sr. Pizango, se lanza para la presidencia nada menos. Si esto ya parece que nadie la controla. No por desmerecer al representante de las etnias nativas, pero la primera magistratura parece quedarle muy large al señor Pizango. El problema es que los probos y eruditos que llegan al gobierno tampoco parecen estar preparados idóneamente para el cargo, y siempre terminan cohabitando con la clase que precisamente no la elige, porque aquí las mayorías están para el otro lado.
Y si esto se reduce a un problema de números, la apuesta puede tomar matices inpensables.
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