viernes, 12 de noviembre de 2010

Las encuestas

Las encuestas pueden llegar a ser una buena herramienta para realizar proyecciones, útiles por ejemplo para la prensa que apunta sus objetivos, para los marketeros que le pondrán mejores precios a los que están arriba. También para los oportunistas, que pueden ver a que carro o combi subirse y ganarse alguito.
Pero para el colectivo de la ciudadanía puede ser algo funesto, en el sentido si esta es preparada de manera tendenciosa, obedeciendo intereses que precisamente buscan manipular a los votantes, así subrepticiamente se hacen del poder.
Por ello es importante de la participación ciudadana en la etapa electoral, desarraigarnos del marketing electoral, no porque un candidato tenga menos propaganda es menos, por el contrario el que mas gasta puede estar maquinando aumentar su capital, para ello invierten.
Qué interesante sería que los mítines de los candidatos se conviertan en conversatorios, no en perorata vanal. Hacer hablar a los candidatos a ponerse en el caso de que no pudiese cumplir sus promesas, qué contigencias tendrían, a qué se comprometen si las cosas le salen mal. No sería bueno que si ciertos objetivos no se cumplen, se les bajase sus sueldos.
Si pensamos que al bajarles los sueldos se prestarían a robar, es como elegir a un ladrón, al que con pagarles bien ya no robará mas, lo cual parece absurdo porque quién es ladrón, siempre robará, independientemente de cuanto gane.
Así una vez teniendo las cosas claras, no importa que digan las encuestas, recién allí se expresará la voluntad popular. No esto que es una manipulación de masas, casi con tufillos gansteriles.

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