
Que el señor Toledo prometa duplicar sueldos a los maestros, o subir a los servidores públicos técnicos les cayó muy mal al oficialismo, ya levantan la voz de alerta los seguidores de la línea alanista, los adalids del neoliberalismo primario exportador.
No dicen que ya el cholo hizo lo mismo en situaciones un poco menos auspiciosas, pero con un poquito menos de cálculo político. En cambio Alan como Fujimori apuestan el gasto en cosas que se puedan ver, no importa si está no muy bien construido, ni tan necesaria, pero que se vea, que al final un sencillo para los trabajadores casi ni se vé. Ahora adportas del primer mundo dicen que se nos viene la noche si Toledo vuelve hacer lo que ellos no pudieron hacerlo, si pudieron no lo quisieron.
Es lógico que una ministra de estado salga a protestar la subida de los sueldos de los trabajadores, porque ellos de alguna manera viven asegurados con sus jugosos sueldos - relativamente hablando - , esto sucede cuando se le pide al pueblo ajustarse los cinturones, pero ellos se aprueban buenos sueldos, buenos aguinaldos.
Cuando vemos congresistas, funcionarios de primer nivel con regalitos como viajes al exterior, título honoris causa de universidades de bajo nivel, nos hace dudar si ello no implica una devolución de los favores.
Y no olvidemos que mucha de la bonanza económica, que permite el levantamiento de ingentes cantidades de edificios con fachadas suntuosas, proviene del poco compromiso de la gran empresa de compartir sus ganancias con los trabajadores. Prefieren capitalizar sus ganancias, para aparecer en rankings de eficiencia, pero en el de repartición están demasiado lejos del primer lugar, por no decir los últimos.
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