El miedo de los corruptos

Cuando el río suena, es porque piedras trae. Parece ser el caso que se vive en el país, donde la poca prensa que puede llamarse independiente, denuncia posibles hechos de corrupción, pero acá parece que esto es disonante, por lo menos acallado ante tanto medio chicha, que se desvive por presentar temas nada interesantes, por decir nada trascendentes para el vivir de una sociedad que dícese justa, democrática y libre.
Cuando el tema no es contundente, salen a acusar a los medios. Como haciendo mas verdad que nunca, el tonto cuando le señalan la luna, se queda viendo el dedo. Y hay muchas formas de coaccionar a los medios, de esto se aprovechan aquellos que ostentan el poder.
Cuando el tema está casi probado, simplemente se ignora, y se ignora en todas las formas, para ello aprovechan el status quo de las mayorías adormecidas.

Viendo este panorama nos damos cuenta que para que haya fiscalización, se requiere voluntad férrea, y no tener rabo de paja. Porque acá el sanbenito de que nadie tiene autoridad moral, parece ser el blindaje de quienes no tienen mejores argumentos para proclamar inocencias.