Esta parece ser la descripción del momento, los dos tienen mucho que aclarar, pero como buenos representantes del mundo jurisconsulto saben hacer las cosas pues. Y lo que quedara por aclarar en esta nebulosa espesa, para eso están los amigos.
Un ex-alcalde que utilizó todos los medios posibles para marketearse, veánse las obras con dinero y deudas de la comuna, pero con el sello de quién no habla pero pone su nombre, su logo a todo. Que solo al asumir el cargo, se trajo abajo todo aquello que publicitaba la obra del señor Andrade, pregonando con altisonancia que la mecánica de su gestión sería diferente, pero ahora vemos que la diferencia es el color, el del sol de la solidaridad.
Aparece muy afortunado en las encuestas, parece demasiado premio para quién ostenta un ranking negativo, por lo marcado de ineficiencia que estuvo su gestión en las obras mas representativas. De que otra manera podría calificarse a obras que terminan triplicándose sus costos, y ni hablar del tiempo de ejecución.
Otras marcadas de mentiras, como el circuito de agua, que dijo en su momento que no le costaría nada a la ciudad, que luego aparecen las facturas por millones de dólares. Independientemente de lo bién que haya quedado, del éxito financiero que llegara a ser, no quita que la explicación del gasto estuvo cargado de ambiguedades.
Por ello no es tan creible que ahora se desviva por los que menos tiene, calculando que en número son muchos, cuando en su gestión para lo único que sirvieron los mas pobres es para cobrar el dinero de comunicore, luego una propina y chau, dejándoles un lío judicial que les puede costar lo que ganarían en toda una vida. Allí hay mucho por aclarar, por eso se necesitan.
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