
Alguién sabiamente definía las corridas de toros: Una lucha desigual entre un animal salvaje y un indefenso toro, parece explicar la naturaleza de este espectáculo digno de cavernícolas culturalmente hablando.
Porque presentar este asesinato cruel dosificado como algo digno de ovación, parece mas una historia surrealista. Una historia que habla muy mal de quienes esperan pasar una buena tarde de sol y arena, pues retrata no más que indolencia, sadismo y algo de locura.
Así que parece una buena medida dada en una región de españa el de prohibir las corridas de toros, pero hubiese sido mas enaltecedora que dicho espectáculo decayese por que no encontraba acogida. Entonces estaríamos en un estadio superior de la sensibilidad humana, un lugar en la que se llegue por evolución cultural, no por imposición que bien puede devenir en secreto en un mal peor. Pues por lo menos antes podíamos saber quienes preferían estos espectáculos, si es en secreto nunca se imaginaría uno.
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