Un gran revuelo quiere causar el oficialismo por la transmisión de un video donde una congresista de la oposición se vé involucrado en un hecho de incautación de insumos para la producción ilegal de droga, y las acusaciones comienzan a emerger a mansalva.
En realidad de lo que si se podría deducir de tal video, es que la conducta de la congresista no es ejemplar, y que se maneja una boca de caramelo - como se dice en el argot criollo-, pero no a mayores. Porque que sepamos a nadie se le condena por ajos y cebollas.
La primera imputación que se trata de hacer es el de haber impedido una diligencia policial, hecho que se contradice totalmente con lo que se muestra en el video. En el video se vé que el fiscal le informa que se ha incautado insumos como kerosene, cal - que también se usa para elaborar droga -, de lo que se puede inferir es que podrían producir droga, pero nada más, no se encontró pozas de maceración. Que la congresista no esté de acuerdo con la incineración no significa que impidió el hecho.
Otro hecho que se le imputa es la responsabilidad que podría tener porque a un ex-empleado le encontraron droga. Hecho que a todas luces se vé que no tiene pies ni cabeza, sobre todo si la imputación es a priori, si esto fuera luego de un proceso investigatorio sería otra cosa. Pero el facilismo de imputar por el hecho de ser ex-empleado me parece jalado de los cabellos, y es una muestra de que se está aplicando la ley del embudo en su versión mas primitiva.
No siempre el papel de abogado del diablo es popular, pero si se trata de objetividad, hay que sopesar todas las posibilidades. Y por el contrario esto más parece una cortina de humo para desviar la atención de temas tan importantes como la concesión del puerto de Paita, donde especialistas han acusado serios indicios de irregularidades. Esto que involucra el interes nacional, ya que compromete grandes fondos, debería estar en la palestra, en aras de transparencia y develar el aura de gallos y medianoche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario