
Ya acostubrados a las polémicas, a vivir en la cresta de la ola del escándalo, dejando de lado lo sustantivo, lo importante, se vive el aluvión mediático sobre el cuestionamiento al ministro de vivienda Alison.
Como si se tratase de otra cortina de humo, se cuestiona su accionar como asesor legal de la empresa implicado en el chuponeo. Seguramente a nadie se le ocurrirá que el trabajo del señor Alison tiene que ver con legalizar actos tan vedados como la intercepción de las comunicaciones. Entonces solo surge el cuestionamiento moral, ético. De esta forma le dan pie al presidente que despida su ministro con aura de heroe - como sucedió cuando sacaron al tío George - salen por la puerta grande, y no pasará mucho tiempo para que vuelva a ocupar cargos importantes.
Mientras tanto nadie habla del vrae, de la necesidad de replantear la política que se ejecuta con miras a no repetir los errores de siempre. Como siempre pareciera que se está a la espera de otro ataque, entonces y solo entonces volverá a ser noticia.
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