
Por menos que un golpe de estado, en situaciones coyunturales ya usa hubiese intervenido irrogandose el papel de juez del mundo, el que trae la paz.
Pero como en Honduras el golpe se realizó desde la extrema derecha, entonces solo basta una coloquial condena, solo para quedar bien.
En cambio cuando el presidente vuelve subrepticiamente para intentar retomar el poder, en una muestra de un valor de kilates, entonces es pasible de una condena altisonante, para qué regresa si ya todo estaba entrando al cauce deseado, dirían las fuentes del norte.
Mientras tanto son conmovedores la noticia que llega de ese pais hermano, el terror parece haberse apoderado de la ciudad, excesos por doquier.
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