
Esta vez Maradona se desbocó, y vertió la bilis que lleva dentro, de la forma mas vulgar y a la vez tan genuino en él, qué tampoco tanto deberíamos esperar de él.
Suena la crítica pidiéndole se disculpe, que no debía decir lo que dijo, pero es como pretender que sea otro el que hable, y no él mismo que tiene muchas neuronas consumidas bajo el influjo de muchos tiros libres.
También aboga a su favor el momento límite que vivió, tantos minutos al borde de la eliminación y críticas por doquier, que está bien que haya críticas, lo que pasa que el tipo no se siente preparado como para comprender que de entrenador no es el ídolo sino el aprendiz.
Y creo que para exabruptos procaces ya bastan de desperdiciar líneas y miremos adelante.
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