Escuchar al hermano del comandante Humala - Antauro - es como retroceder en el tiempo y escuchar a un convencido de que la color de la piel es el mejor indicativo de la condición política de un individuo, si es cobrizo es entonces superior.
Aún que haya descubierto rasgos de superioridad en su ser, cosa que también puede indicar una desmesurada autoestima que raya con la locura, no tiene elementos para afirmar que es exclusivamente por el color de su piel.
No es sino una muestra de empirismo elevada a su máxima potencia, porque aún si todos los genios que él conozca son cobrizos, qué podría llevarle afirmar en la imposibilidad de encontrar virtudes en otras razas.
Mas parece un alumno de Hitler, que con su locura de limpiar el mundo con la raza pura, cometió los mas grandes crímenes de lesa humanidad y terminó como terminó.
En un punto donde la modernidad exige alejarse del prejuicio, que no es otra cosa que creencia y no razón, queda muy mal un pensamiento como el etnocacerismo.
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