
Ese aprendiz de gurú, de labia intrincada cada vez mas ajena a la objetividad, se siente desnudado en su realidad. Y recién ahora vé, lo que otros se cansaron de ver. Que la relación de poder de América, es de hegemonía. No importa los valores democráticos, sociales. Como diría el gran filósofo Cipriani, es una cojudez.
Entonces pregona la verdad del poder imperial, que no por venir de Alan deja de ser gran verdad, que bombardearon un país indefenso, acusándolo de tener armas de destrucción masiva, que no encontraron nada, pero siguen allí. Si a eso no se le llama invasión, no creo que otro nombre sería mas apropiado.
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