jueves, 23 de diciembre de 2010

Alan y el Imperio

Ahora que se enteró como lo califican sus amigos del norte, que mas que amigo él es solo una pieza mas en el ajedrez del poder mundial, se siente traicionado. Porque no lo consideran, como él preferiría que lo consideren, es decir un genio que supo sacar adelante un país durante la crisis financiera mundial.
Ese aprendiz de gurú, de labia intrincada cada vez mas ajena a la objetividad, se siente desnudado en su realidad. Y recién ahora vé, lo que otros se cansaron de ver. Que la relación de poder de América, es de hegemonía. No importa los valores democráticos, sociales. Como diría el gran filósofo Cipriani, es una cojudez.
Entonces pregona la verdad del poder imperial, que no por venir de Alan deja de ser gran verdad, que bombardearon un país indefenso, acusándolo de tener armas de destrucción masiva, que no encontraron nada, pero siguen allí. Si a eso no se le llama invasión, no creo que otro nombre sería mas apropiado.

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