El anuncio desmentido, luego corregido por el ministro de justicia, de que se está construyendo una cárcel para los corruptos en la selva, me hace recordar a la época del fujimontesinismo cuando se hablaba de la base naval, dónde se construía una cárcel de máxima seguridad para Abimael Guszmán, que a la postre también aloja al ideólogo Montesinos, y quién sabe también aloje su humanidad por allí el mismísimo chino.
Volviendo al tema, quién sabe si algún día los "honrados compañeros" terminen en una colonia selvática pagando lo que debería ser el castigo ejemplificador para quienes roben al estado y por ende a todos los peruanos.
Paradojas de la historia que sin duda de darse, demostraría que en este país se repiten las cosas.
Por inhumano que parezca, la idea sería que solo aquel que está dispuesto a liarse con las fieras del monte se atreva a robar de las arcas fiscales.
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