Está de moda firmar tratados de libre comercio con los países grandes, países que muchas veces imponen a travez de dichos tratados condiciones que ni siquiera ellos aplican a sus productores. Un caso emblemático es la agricultura en usa, donde el gigante del norte que predica el liberalismo, no hace sino todo lo contrario con sus agricultores, les subsidia.
Esa palabra que suena a apocalipsis para los países en desarrollo, donde todo esta gravado con impuestos, es aplicada para los agricultores americanos. De allí nace una primera gran contradicción con el término LIBRE COMERCIO.
Y lo peor se dá cuando esos productos que son subsidiados, llegan a los países en desarrollo. De seguro que sus precios son sin competencia, si les pagan para producir. En cambio, sucumbe la producción nacional que tiene que lidiar con una y mil dificultades. Hasta que colapsa. Mientras que la potencia que gana ingentes cantidades de dinero producto de la industria bélica, se irroga el derecho de dictar la política.
Por ello deberíamos estudiar muy bien las condiciones, y exigir reciprocidad en las condiciones para que todos nos beneficiemos con los tratados estos.
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