
Un gobierno que tiene grandes ideas, pero muy pocas intenciones sustantivas, puede proponer la creación de un ministerio encargado de la cultura. Es el mismo gobierno que creó el Zar Anticorrupción, el que ideó la construcción del cepa para los corruptos.
Lo que si va a llenar es el vacío laboral que existe entre los gobiernistas, que ahora verán en esta nueva entidad el botín que necesitaban para asegurarse buenos ingresos.
Por lo demás CULTURA es algo al que han renunciado hace mucho, apostando inicialmente por la intolerancia, por la ineficiencia, por la venda en los ojos, por la permisividad frente a sonados casos de corrupción.
Un pueblo culto conoce sus derechos, jamás elegiría un gobierno con el criterio del mal menor, menos luego de la hecatombe que significó el primer alanismo.
Un pueblo culto pediría cuentas claras del gasto del tesoro público. Por consiguiente no estaría de acuerdo pagar una tasa impositiva tan alta como el IGV, teniendo en cuenta la calidad de servicios que brindan. Donde hay dinero para malgastar, sueldos insultivos, a la vez pobreza, niños muertos de frío.
La cultura del Perro del hortelano, visto desde la óptica voraz de oligarcas sedientos de dinero.
Para eso no hacía falta un ministerio mas. Con que el de Educación desempeñe su labor bastaba.
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