Un candidato que está subiendo es el americano Kuczynski, una persona que siempre a levantado la bandera del lado de los banqueros. Que sin duda siempre hizo las cosas bien, del lado las grandes corporaciones, del poder económico.
Por ello es que la conversión del señor PPK a defensor de la clase oprimida, llámese de los pobres del Perú, suena un poco a utopía, aunque no se le puede negar el derecho a la duda.
De que está preparado, seguro que lo está, el problema es que siempre lo hizo del bando desde donde se impone una ley asimétrica, lo ancho para los poderosos y lo angosto para el resto.
Cuando se habla del poder económico mundial, sin duda se está en las antípodas del humanismo, de la benevolencia, la gran banca debe su poder a la utilización de una maquinaria muy bien aceitada, que su único objetivo es lograr los mas grandes beneficios, si en el camino deja muertos, heridos, miserables, eso no es mayor problema.
Parece una muestra sobredimensionada de buena voluntad de una buena parte de la población, que proyecta en el éxito del señor PPK sus anhelos, sus esperanzas. Mas su curriculum vitae no resiste el análisis, y solo es cuestión de fé, fe ciega que tambien nos puede conducir a una desazón.
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