
En una muestra de pocos principios democráticos, el ministro de defensa Rey se mostró en una forma muy prepotente ante algunas preguntas de periodistas.
La sola pregunta ofende, dice el ministro porque interpreta que al hacerlo el periodista comete un error muy grande.
Qué modales, en forma altisonante, este funcionario del estado está totalmente desubicado, y eso que viene de desempeñar labores diplomáticas. Con embajadores así, sin ninguna diplomacia, tratando a los periodistas como si fuesen empleados de ínfima categoría, estamos en un nivel que ni a republiqueta alcanzamos.
Cuando toda pregunta tiene una respuesta, la cortesía no tiene porque ser demérito, salir con el chicote no hace sino mostrar debilidad, para evitar repreguntas, preguntas incisivas.
Ojalá que nunca sea presidente porque sino lo que nos esperaría.
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