
Aún se presentan en nuestro medio espectáculos como orientados a público surrealista, a personas que ven en el suplicio de un indefenso animal la diversión de una tarde. Es como si hubiese aún en el público sed de sangre, con el único atenuante que el salvaje humano tiene menos posibilidades de salir herido, sobretodo porque enfrenta a un animal disminuido.
Viendo este espectáculo notamos que cerca aún está el circo romano, y los que ven abismos de diferencia parecen tan ciegos.
No estoy de acuerdo con la prohibición de la corrida de toros, me parece mas altruista que ella desaparezca porque no exista ( o existan muy pocos) personas que busquen su diversión en ver matar poco a poco a un animal.
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